¿Y entonces?

Cierto cinismo en la mirada,
estigmas de dulces y mi lengua,
a prueba de fuego, recorre la roja
alfombra del silencio.


Entre mi lengua y mis ojos,
tres puntos: llagas, orzuelos y ardor.
Recordarte es probar dos veces el mismo
veneno.


Y el vaivén de las lágrimas, el deshielo,
los laureles disecados, la marcha atrás.
Los ensayos de errores cansados y el misterio
de nunca saber en que parte de mi cuerpo
aún siento cosquillas.

2 comentarios:

fers dijo...

Dami, realmente escribris muy profundo, me gusta un monton, me haces reflexionar mucho, algo que por el vertigo con el que hoy se vive, hago cada vez menos.
Un abrazo grande.

Fer Següino

Unknown dijo...

Es muy hermoso...
Conmueve,
Y la verdad extraño las profundidades!!!